La
fábrica de aguardientes de la Cooperativa Alcoholera.
En
el solar heredado por Francisco Carreño Puerta, situado entre la
bodega de María del Rosario y los terrenos donde se construirían
las Escuelas Graduadas, heredados por su hermana Hermenegilda, se
instalaría en 1925 la fábrica de aguardientes del Sindicato de
Cooperación Agrícola de Bullas, bajo el impulso de su presidente
Olegario del Amor Caballero, perito agrónomo de la Diputación
Provincial de Murcia.
Así
en mayo de 1925 Francisco Carreño Puerta solicitaba permiso al
Ayuntamiento de Bullas para la construcción de una mina de desagüe
de residuos de la nueva alcoholera, así cómo construir un muro de
contención en el llenador de la acequia. Durante la construcción de
la mina se toparía con la ya existente de Lope Martínez (4). Read the rest of this entry »
Según el “Registro Fiscal de Edificios y Solares” de 1895 (2) la bodega heredada por María del Rosario se encontraba situada en la Calle Lorca esquina con la Calle Casa del Camino y contaba con una superficie de 337 metros cuadrados en una sola planta, lindando por la parte posterior con la acequia principal de la Rafa. Su esposo Lope Martínez González-Conde (1856-1935) proyectó en 1909 la transformación de la bodega en una fábrica de aguardientes. Para ello pediría permiso mediante instancia fechada el día 15 de febrero de 1909 al Ayuntamiento de Bullas a fin de obtener permiso para construir una mina de desagüe de las vinazas a través de la acequia, acompañando un plano con la distribución de las dependencias que habría de tener la nueva fábrica de aguardientes.
Lope pertenecía a una familia local de bodegueros y fabricantes de aguardientes, no en vano era hijo de Juan Agustín Martínez-Gil y González premiado en la Exposición Universal de Viena (1873), siendo padre de Juan Martínez Carreño y abuelo de los conocidos como hermanos Martínez Puerta (Lope, José Antonio y Diego), quienes continuaron con la actividad industrial de la familia hasta la década de 1960 en la que promovieron la transformación de su bodega en la Cooperativa Vinícola San Isidro y cerraron la última de sus fábricas de aguardientes situada al final del Camino Real, en el número 81. Read the rest of this entry »
Situada en terrenos que históricamente pertenecieron a la familia Carreño de Bullas, el entorno de la Placeta de Carreños ha acogido desde finales del siglo XIX una serie de industrias que marcaron el desarrollo económico de la localidad. Allí construyeron los hermanos Carreño Góngora una moderna bodega de 14.000 @, sobre la conocida como Casa del Camino en el año 1893 (1), que más tarde heredaría Fabio Carreño Marsilla y que durante años tendría arrendada el Sindicato Católico-Agrícola. Pero también la fábrica de embutidos Escámez habría de conocer los inicios de su proyecto empresarial en dicha plaza.
A
Cristóbal Carreño Fernández-Capel pertenecían en 1895 los
edificios y solares que se encontraban situados entre la esquina de
la Calle Casa del Camino, que daba acceso a la Placeta de Carreños,
y el final de la Calle Lorca (hoy Camino Real), donde también se
hallaba el solar en el que se construirían las Escuelas Graduadas.
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El
proyecto del arquitecto Justo Millán de 1892 suponía la
construcción de dos edificios en una única planta con una
superficie total de más 1.400 m2, siendo unas edificaciones
exclusivamente dedicadas a la elaboración y almacenaje de vinos
gracias a encontrarse dotadas de grandes depósitos para la
fermentación además de cubas y barricas para la crianza y
conservación de los vinos.
Algunos
autores han querido ver en la exclusividad de uso de la edificación
aspectos modernizadores en el sector. Si bien es cierto que este
edificio supone un paso adelante en la industrialización del sector,
no podemos ocultar el hecho de que ya a mediados del siglo XVIII
existían en Bullas edificios destinados exclusivamente a bodegas
conforme a lo reflejado en el Catastro de Ensenada. Read the rest of this entry »
El Museo del Vino acogió el acto de nombramiento de Maestro del Vino, enmarcado en la programación de las Fiestas del Vino 2019, que este año recayó en el antropólogo e historiador Juan Pedro García Martínez. «Es un honor esta distinción. La llevaré con orgullo y le daré la importancia que se merece», explicó durante el acto, celebrado el pasado sábado.
García destacó, asimismo, que «el vino siempre ha estado ligado a una serie de bienes culturales, pero también a los espacios naturales que conforman el Noroeste». De tal forma, añadió, «hemos venido acumulando una serie de paisajes vitícolas, de bienes ambientales, de bienes culturales y de tradiciones que debemos hacer el esfuerzo por conocerlas para no olvidarlas nunca». El Maestro del Vino puntualizó que «tenemos que sumar nuevos bienes porque constituyen un capital generacional que debemos emplear para fomentar el desarrollo económico y social».
Cuando
la capacidad de sus bodegas se quedó pequeña ante la alta demanda
de vinos de la comarca en el último tercio del siglo XIX Francisco
Melgares tomó la decisión de construir una nueva bodega que habría
de ser de las mayores de la provincia.
Diversos
autores han discutido hasta nuestros días sobre varias cuestiones
relativas a la fecha de construcción de la misma, a la posible
existencia previa de otra edificación, así cómo sobre las reformas
realizadas en la misma. Read the rest of this entry »
Valorar
la figura de Francisco Melgares debe llevarnos a conjugar su papel
como el mayor productor de vinos a granel de la época con la de un
bodeguero también preocupado por la aplicación de técnicas
modernas a la elaboración de vinos superiores dedicados a un público
selecto, aunque muy minoritario en la época.
La
capacidad de producción de vinos de las bodegas de Francisco
Melgares alcanzó entre los años 1870 y 1890 aproximadamente la
extraordinaria cifra de 290.000 litros, siendo sus principales
bodegas las de la Calle del Rosario y la de la antigua Posada donde
hoy se asienta la Casa de Cultura del Ayuntamiento, lo cual vendría
a suponer un 15% del total de 1.600.000 litros obtenidos en Bullas en
1884. Cuando el litro del vino alcanzó en octubre de 1884 los 47
céntimos, Francisco Melgares pudo ingresar por toda su producción
la formidable cifra de 115.150 pesetas de la época. Ningún otro
productor podía competir en cantidad con la familia Melgares de
Aguilar. Read the rest of this entry »
Juan Pedro García Martínez (Murcia, 1973) es antropólogo e historiador del vino. Ha desarrollado su actividad de investigación en torno al sector vitivinícola de la comarca de Bullas, de la que son fruto los libros ‘Historia de la Denominación de Origen Protegida Vinos de Bullas‘ (2019) y ‘Bullas: 100 años de cooperativismo vinícola‘ (2016) y diversos artículos publicados en revistas. Es responsable del blog vinosmalditos.com desde el año 2011.
-¿Qué muestra el libro?
-El libro habla de la producción de vinos de calidad en el Noroeste murciano a lo largo de la historia. Tras el final de la reconquista y la desaparición de la frontera granadina, esta comarca se convirtió en la gran bodega del Reino de Murcia. Desde antiguo algunos vinos del Noroeste gozaban de gran prestigio, especialmente los de Moratalla. Pero es a mediados del siglo XIX cuando prolifera la figura de los bodegueros ilustrados en los pueblos del Noroeste.
-¿Qué le llevó a escribir este libro?
-Yo inicié ya hace ocho años mi labor de investigación sobre la historia y la cultura del vino en el Noroeste murciano. Hace un año me propusieron, desde el Museo del Vino y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bullas (D. O. Bullas), participar en los actos de celebración del 25 aniversario a fin de comisariar una exposición conmemorativa e impartir una charla sobre la historia de la denominación. Además de aceptar la propuesta les ofrecí la posibilidad de publicar un libro sobre la historia de la denominación de origen. Read the rest of this entry »