Los caminos del vino

El desarrollo del viñedo y de la industria del vino en el noroeste murciano siempre ha estado ligado a su comercio, escasos fueron los momentos históricos en los que sólo el consumo interno sostuvo al sector. De la figura de los arrieros transportando el vino por los caminos a los modernos camiones hay una larga historia que se sustenta en las vías de comunicación de la comarca.

Quizás la llegada del ferrocarril en el siglo XIX vino a trastocar las rutas habituales del transporte de mercancías pero hasta ese momento la red de caminos del noroeste denotaba claras líneas de lo que debió ser el comercio del vino en función de la necesidades de las comunidades importadoras de vino.

La importancia de los restos arqueológicos romanos encontrados en el camino de andalucía por Barranda (Caravaca de la Cruz) denotan la importancia de esta calzada romana en la comunicación entre el Levante español y Andalucía. En la actualidad esta vía carece casi de importancia pero en la antigüedad fue la vía sobre la que sustentaba la exportación de vino de la comarca hacia las tierras del sur.

La carretera hacia Jumilla, por Calasparra, y de allí a Villena, era la calzada romana que comunicaba con el Levante, pero la existencia de comarcas vitícolas de importancia en esa dirección nos hacen dudar de que hubiera un comercio continuado por esa vía más allá de las necesidades de las localidades más inmediatas. Sí que existió un período temporal en el que esta carretera se convirtió en el cordón umbilical del sector en el noroeste murciano. La destrucción del viñedo francés por la filoxera en el último tercio del siglo XIX supuso una revolución para nuestra comarca. Comerciantes y técnicos franceses se desplazaron a España, también a estas tierras, para organizar la producción y exportación del vino a tierras francesas que se realizaba principalmente por esta carretera hasta Calasparra o Villena donde era subido en trenes de mercancías con destino al puerto de Alicante y desde allí a Sète (Francia).

Tradicionalmente, los destinos principales del vino de la comarca fueron, de un lado, Cartagena y Murcia por el camino de Mula (con trazado moderno desde 1.860); de otro, Alhama de Murcia y Totana por el camino que desde Bullas atraviesa Sierra Espuña; y, finalmente, Lorca y el puerto de Águilas por la camino de Avilés desde Bullas.

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