La filoxera en Pliego

Pliego, 21 de agosto de 1.900

No sería una sorpresa en este pueblo la aparición de la Filoxera, toda vez que declarada oficialmente en los viñedos de Bullas y dada la proximidad de aquellos con estos y la fácil propagación de tan destructora enfermedad, era de presumir su invasión en las vides de este pueblo para plazo no muy lejano.

De muy poco tiempo a acá los viticultores de esta localidad comentan y se preocupan de la aparición de una enfermedad aquí desconocida, existente en un trozo de viñedo en el término de Mula y pago de Perlas, de la propiedad del vecino de esta villa Bernardo Ortiz Valera, abrigando algunos el aciago presentimiento que la enfermedad de dicho viñedo pudiera ser la que encabeza estas líneas.

Con estos precedentes, el que suscribe, a su paso casual por el viñedo de la propiedad de Dolores Martínez Rivas, sito en término de esta villa y pago del Junca, y a una distancia aproximadamente de medio kilómetro aproximadamente del viñedo del Ortiz antes mencionado, fijó su atención en dos vides muertas, enclavadas en el centro de un perímetro circular formado por unas cuarenta más con los sarmientos de un decímetro de longitud y vestidos con hojas, sin desarrollo y amarillentos, preludiando una muerte próxima y segura, cuyos síntomas parecen ser los característicos de tan infausta enfermedad. Con este motivo, preparado de un microscopio, aunque deficiente, me personé en este último foco, y he podido apreciar que el insecto que ataca a dichas vides enfermas y a otras muchas limítrofes a éstas llenas de frutos y lozanía, guarda en mi concepto una perfecta semejanza con la hembra áptera vista de frente y de perfil grabada en as figuras 125 y 126 de la Agricultura Teórico Práctica, publicada por el Dr. Mariano Tortosa, Catedrático Numerario del Instituto de Barcelona.

Con tan aciagos precedentes, que un servidor sería de los primeros en felicitarse si resultasen en erróneos e hijos de una exagerada prevención, abrigamos el presentimiento de que estas autoridades y viticultores, entre los cuales se encuentra interesado el Señor Don Martín Perea y Valcárcel, por no distar mucho más de seis kilómetros, el extenso y productivo viñedo de su valiosa hacienda denominada «La Retamosa», de los focos infestados, procederán a poner en práctica los medios necesarios que por personas idóneas y competentes, se proceda al examen de dicha enfermedad, para en el caso deplorable de resultar confirmada la filoxera, combatir tan terrible enemigo con los medios preventivos y curativos que la ciencia aconseja, y ya que no se puede destruir, porque esto parece utópico, contener todo cuanto sea asequible su propagación, con el fin de conservar por algún tiempo más una de las principales fuentes de riqueza de este pueblo y en la que con su cultivo, recolección de frutos y elaboración de vinos, proporciona su preciso alimento en las perores épocas del año a los braceros y menesterosos de este vecindario.

Isidro Garrido.

Publicado en «Las Provincias de Levante» el día 23 de agosto de 1.900.

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