Los precios del vino en Calasparra (1806 a 1808)

Entre los años 1806 a 1808 el periódico económico «El Correo Mercantil de España y de sus Indias«, pulicado en Madrid, se hizo eco de los precios que tenía la arroba de vino en Calasparra. Pese a no ser una de las grandes plazas de nuestro noroeste vitícola gracias a un corresponsal de la época podemos acceder a los precios del vino en esta localidad dentro de un listado más amplio que abarca todas las zonas productoras del vino del momento a lo largo de la geografía española.

Dos datos llaman nuestra atención, de un lado, la gran diferencia de precio que había entre las villas productoras -siempre y cuando aceptemos generalizar los precios de Calasparra al resto de localidades de nuestra comarca- del noroeste y las villas consumidoras del vino de esta tierra. Así, vemos cómo mientras en Calasparra oscila el precio habitualmente entre los 5 y 6 reales la arroba, en localidades como Murcia y Lorca gira el precio de la arroba en torno a los 20 reales.

De otro lado, podemos ver cómo esta situación se repite por todo el país, encontrando en Calasparra unos precios medios entre los núcleos de producción del momento, salvando las excepciones de los vinos de Málaga o de Puerto de Santa María/Jerez, los cuales se encontraban entre los 12 reales del primero y los 35 reales del puerto gaditano.

Podemos concluir que la calidad de los vinos del noroeste en este momento presentaban un nivel de calidad medio, de corte popular y de buena aceptación en las plazas colindantes que constituían sus mercados naturales.

Sin embargo, desde el Catastro de Ensenada (1755), cuando la arroba de vino se pagaba a 4 reales, apenas había avanzado el precio del vino pues cómo hemos indicado, salvo momentos puntuales de escasez, la arroba se pagaba a unos 5 o 6 reales habitualmente en estos años. No obstante debemos recordar que mientras que el siglo XVIII es una edad de oro para el vino en la comarca, los inicios del siglo XIX constituyen un momento intermedio de menor pujanza del sector vitivinícola.

Un dato que merece la pena mencionar es el hecho de que Jumilla aparezca en las series de precios doblando habitualmente el precio de Calasparra. Sin embargo, en dicha época Jumilla no era un centro productor de vino sino un mercado secundario de consumo de caldos foráneos.

La serie de precios publicada en el citado períodico es la siguiente: