Monsieur Bacqué y la Bodega de los Franceses (y IV)

1898_Bodega de los francesesSe encontraba ya muy avanzada la vendimia en Cehegin cuando el corresponsal del periódico La Paz de Murcia, en su edición del 7 de octubre de 1.891, nos informaba de que estaban haciendo unos días magníficos en la localidad lo cual aventuraba unos vinos muy buenos dada cuenta de la cantidad y la excelente calidad de la uva que se estaba recogiendo.

Sin embargo, el propio periodista llamaba la atención de que los franceses no habían abierto su bodega para elaborar vino. ¿Qué había impedido a Agustin Bacqué abrir su bodega?

Sabemos que la llegada de Monsieur Bacqué a Cehegín estuvo motivada por la ruina de su negocio en Jumilla provocada por la crisis comercial de finales de los años 1880 y que debió contar con la ayuda financiera de Pierre Menat y Bigué para adquirir los terrenos del Llano del Convento. Estos datos nos llevan a concluir que no debía contar con muchos recursos económicos para la puesta en marcha de su ambicioso proyecto.

A ello hemos de sumar los contratiempos producidos por el retraso de las obras de la bodega que le impidieron elaborar vinos en la cosecha de 1890 limitando su actividad comercial a la intermediación en la venta de vinos de la comarca y a la elaboración de aguardientes a partir del mes de agosto de 1891. Por otro lado, en unos meses (febrero de 1892) vencía el Tratado franco-español que favorecía la exportación de vinos españoles y no corrían buenas noticias sobre la posibilidad de su renovación.

En el marco de estas circunstancias el crédito de Bacqué frente a sus acreedores locales se agota a mediados del año 1.891. Los hermanos Antonio y Diego Agudo Ruiz, quienes le habían suministrado vinos, pasan directamente a la acción para conseguir el cobro del dinero que les adeuda el bodeguero francés recurriendo a las amenazas, lo que lleva a Agustin Bacqué a denunciar los hechos ante el Juzgado Instrucción de Cehegín (según se desprende de la Cédula publicada por el propio juzgado, BOPM Nº 128, de 27/11/1897, pág. 4).

Menos expeditivos son los pasos seguidos por los contratatistas que habían realizado las obras de la bodega, así D. Ramón Carrasco, D. Alfonso Perez Chirinos, D. José Espin y D. Alfonso García presentan una Demanda ejecutiva ante el Juzgado de Primera Instancia de Caravaca reclamando el pago de 5.260 pesetas que les adeuda Bacqué, a la vez que solicitan el embargo preventivo de los bienes del bodeguero francés (anuncio publicado por el Juzgado de Primera Instancia de Caravaca en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia Nº 159 de 3 de enero de 1892, pág. 3).

En el mes de septiembre de 1.891 el Juzgado de Caravaca debió acordar y proceder al embargo de los bienes de Agustin Bacqué, en concreto la maquinaria y la propia bodega, lo cual llevó al comerciante francés a ser consciente de que sus días en Cehegín se habían acabado. En el otoño de 1.891 parece marchar de la localidad acompañado de su familia. Para cuando en el mes de diciembre de 1891 el Juzgado de Caravaca dicta Sentencia condenatoria contra Bacqué éste ya no se encontraba en la localidad y se desconocía su paradero. En esta misma idea incide la Sentencia del Juzgado de Instrucción de Cehegín que, si bien condena a los hermanos Agudo Ruiz por amenazas, el juicio debe ser celebrado en ausencia de Bacqué (BOPM Nº 128, de 27/11/1897, pág. 4).

Desconocemos el destino de Bacqué (tal vez acompañado de su socio Pierre Menat y Bigué) tras su marcha de Cehegín, no es probable su regreso a Jumilla, pues allí no había futuro para él y sus negocios. Parece más acertada la idea de su regreso a Francia. En esa misma época los comerciantes franceses del puerto de Alicante están liquidando sus negocios para regresar al país galo ante la inminencia de la expiración del tratado franco-español.

Pese a la ruina y marcha de Bacqué sus acreedores no consiguen cobrar y pronto descubren que la Sentencia del Juzgado de Caravaca es sólo un papel que no les sirve para mucho (BOPM Nº 159 de 03/01/1892, pág. 3; y El Diario de Murcia del 6 de enero de 1892, pág. 3). La bodega de los franceses está hipotecada a favor de Pierre Menat y Bigué y aunque ellos la subasten, el dinero obtenido será primero para el socio de Bacqué y lo que sobre para ellos, quienes por contra habrán tenido que correr con los gastos de la subasta. Las cuentas no les salen y por ello abandonan el proceso ejecutorio, incluso se les reclama el pago de las costas del proceso ejecutivo (Boletín Oficial de la Provincia de Murcia Nº 83 del 7 de abril de 1903).

Sorprendentemente, Bacqué no ha perdido su bodega en Cehegín, pero él y Menat desconocen su fortuna. Queda así la bodega abandonada y sin dueño que la gestione, nunca por tanto se llegaron a elaborar vinos en la bodega de los franceses. Para el año 1.899 el padrón de habitantes de Cehegín (Archivo Municipal de Cehegín) señala que la bodega de los franceses situada en la calle Velazquez se encuentra deshabitada.

Años más tarde en 1.913, el Ayuntamiento de Cehegín procedería a embargar y subastar la bodega para cobrar las deudas que Agustín Bacqué Rossetin -todavía propietario de esta finca urbana Nº 2.871- mantiene en concepto de Contribución Urbana del año 1.900 por un importe de 4,69 pesetas, y otras deudas con hacienda por un total todas ellas de 358,21 pesetas (Boletines Oficiales de la Provincia de Murcia Nº 73, de 27 de marzo de 1.913, pág. 3; y Nº 32 de 6 de febrero del 1.914, pág. 2 y 3). El bajo importe de la deuda sí que permite al Ayuntamiento la subasta de la bodega, el día 28 de febrero de 1.913 a las once horas, pues su venta cubriría con creces la deuda hipotecaria a favor de Menat, los gastos de la subasta y la deuda tributaria.

Durante años quedaría el dinero correspondiente a la deuda hipotecaria a disposición de Pierre Menat y Bigué y sus herederos en la tesorería municipal hasta la prescripción de la acción para exigir el pago de dicha cantidad, resultando finalmente lucrado con la misma el Ayuntamiento de Cehegín.

 

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