La plaga de pulgón de la vid de 1885

Las viñas de Caravaca, Cehegín y Moratalla fueron atacadas en la primavera del año 1885 por una plaga de pulgón. En principio estaríamos hablando del Aphis Illinoisensis, un insecto homóptero que clava su pico chupador y absorbe savia de la vid, deformando hojas y brotes, que se enrollan. Junto al mismo suele aparecer también el hongo Negrilla, de color negro, sobre la melaza que excretan los pulgones, y hormigas que cuidan a éstos.

Sin embargo, el Ingeniero provincial Vicente Sanjuán en la circular del 29 de mayo de 1885 identificaba al pulgón que atacaba las vides en el noroeste como del Haltica ampelophaga, que por contra es el escarabajo conocido como Coquillo o Altica, de tamaño pequeño y de color verde metalizado y de unos 4 milímetros de longitud, que con la llegada de la primavera, roe las hojas por la parte inferior, respetando la epidermis del haz por lo que toman un aspecto característico de encaje.

Pulgón o escarabajo, tenemos conocimiento de la plaga y su extensión gracias al oficio enviado por el alcalde de Caravaca al Ingeniero provincial Sanjuan que fue recogida por la prensa del momento y resumida por el propio Sanjuán en otra carta remitida por éste al Ministerio de Fomento desde Murcia el día 26 de mayo de 1885.

Igualmente, resulta de gran interés la circular publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, al parecer el día 30 de mayo de 1885, a instancias del Consejo Provincial de Agricultura, Industria y Comercio, cuyo contenido reproduce el periódico La Paz de Murcia en su edición de 12 de junio de 1885.

Si bien la plaga se iniciaría en abril de 1885 con la floración de la viña en el noroeste no es hasta los días 20 y 21 de mayo de dicho año, cuando El Diario de Murcia y La Paz de Murcia, se hacen eco de que el alcalde de Caravaca ha remitido un oficio al gobernador provincial informando de que los viñedos de ese término y sus inmediaciones están siendo atacados por la plaga del pulgón de la vid, que ataca las hojas y el fruto. Asimismo, se indica que el Sr. Sanjuán, como secretario de la junta provincial de agricultura, ha indicado al Sr. Gobernador las disposiciones que se deben tomar para remediar todavía en lo que sea posible tan grave daño.

Días más tarde, en concreto el 26 de mayo de 1885, el Ingeniero Agrónomo Provincial Vicente Sanjuán remite un oficio, al Director General de Agricultura, Industria y Comercio del Ministerio de Fomento para informar de la existencia de la plaga. Se trata del Oficio Nº 303, con registro de entrada del Ministerio del 27 de mayo de 1885, que se encuentra incorporado al expediente «Filoxera: Murcia. Expediente sobre el estado de los viñedos», Legajo 20, Expte 3, Archivo del Ministerio de Agricultura. No debemos olvidar que impulsadas desde el Ministerio se habían constituido en todas las provincias Juntas para la lucha contra la filoxera y se habían cursado instrucciones para que se informara inmediatamente al Ministerio de cualquier acontecimiento.

En este oficio, el Sr. Sanjuán indica que el Alcalde de Caravaca ha informado sobre la extensión e intensidad que alcanza la plaga de pulgón que asola los viñedos de aquel término, manifestando que se halla invadido todo el viñedo de Caravaca  y parte de los de Cehegín y Moratalla, siendo grandísimo el número de insectos que se observa. Por este motivo informa el Sr. ingeniero que ha dado cuenta al Sr. Gobernador para reunir inmediatamente el Consejo Provincial de agricultura, industria y comercio para adoptar las resoluciones convenientes.

Recogía el periódico La Paz de Murcia en su edición del 30 de mayo de 1885 que ese día el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia publicaría una circular referente al modo de atacar la plaga del pulgón de la vid. En la edición del día 31 de mayo dicho periódico se excusaba por no publicar la citada circular al no disponer de un ejemplar del Boletín Oficial. Días más tarde, en concreto el 11 de junio de 1885, nuevamente La Paz de Murcia hacía referencia a la existencia de la plaga de pulgón que asolaba la vid en Caravaca, Cehegín y Moratalla, sin mayores indicaciones.

Finalmente, en la edición del 12 de junio de 1885 publicaba el periódico La Paz de Murcia la circular redactada por el Ingeniero Sanjuán el día 29 de mayo de 1885 con la aprobación del Consejo Provincial de Agricultura, Industria y Comercio:

«Un enemigo formidable de la viticultura, el «Háltica ampelópliaga o pulgón de la vid«, se ha presentado en los viñedos de los términos de esta capital, Caravaca, Cehegín y Moratalla, ocasionando grandes destrozos en los pámpanos y poniendo en peligro la próxima cosecha de vinos.

El Consejo provincial de Agricultura, Industria y Comercio, encargado de velar por los intereses materiales que representa, no podía permanecer indiferente ante la aparición de esta nueva plaga de la tan castigada agricultura de Murcia, y reunido en sesión, el día de ayer, acordó excitar el celo de las autoridades locales y de los agricultores, para que sin pérdida de momento, se emprenda una campaña decisiva contra la plaga que se ha iniciado, antes que, del todo desarrollada, concluya con una de nuestras más importantes y ricas producciones.

A este fin, el Consejo debe recomendar a los pueblos que por desgracia sufran el azote de esta calamidad, constituyan Juntas locales, que, bajo la presidencia del Sr. Alcalde, y con el concurso de los principales viticultores, estén encargadas de dirigir los trabajos de extinción, dando la correspondiente unidad a los mismos, y procurando que por la morosidad unible de algunos agricultores no resulten estériles los sacrificios de sus convecinos.

Dicha plaga está constituida por un considerable número de coleópteros o escarabajos, del tamaño del gorgojo o cuco del maíz y de las habas; son de un color verde metálico y tienen sus extremidades posteriores bastante desarrolladas y dispuestas para el salto, que verifican a la aproximación de cualquier objeto. Generalmente se les observa sobre las hojas, en el envés de las cuales las hembras depositan los gérmenes o huevecillos para una nueva generación.

De éstos, que son sumamente pequeños y de color amarillento, y que están agrupados formando, a primera vista, marchitas amarillas, nacen igual número de larvas o gusanos pequeñitos, de color negruzco, que roen las hojas para trasformarse, al cabo de doce o quince días, en ninfas o bolsas y salir después convertidos en insectos perfectos.

Los medios de extinción que deben emplearse, se reducen a los siguientes:

1º.- Destrucción o aplastamiento de huevecillos que como hemos dicho se encuentran en el envés de las hojas.

2º.- La persecución y extinción de los gusanos o larvas que se guarecen en las resquebrajaduras de las cepas y en las hojas arrolladas que deben recogerse y quemarse.

3º.- La caza del insecto perfecto durante las primeras horas de la mañana y a la caída de la tarde, verificada con los aparatos que al efecto deben construirse. Consisten estos en unas especies de vacías de hoja de lata de mayor tamaño que las que usan para afeitar, desprovistas de fondo y compuestas de dos trozos que se unen por medio de charnela, con el fin de poder abrazar con ellas la cepa por debajo de las cruces. Dichas vacías deben llevar cosidos a su borde inferior unos sacos en los cuales van cayendo los insectos al sacudir las cepas, desprendiéndose de las hojas en que se encuentran.

Los insectos recogidos por este medio deberán enterrarse en zanjas que tengan por lo menos 80 centímetros de profundidad apisonando perfectamente la tierra que les recubra y cuidando que quede sobre ellos, por lo menos una capa de 50 centímetros. Pueden también destruirse los insectos recogidos haciendo dos hogueras concéntricas separadas entre sí un metro poco más o menos, y vaciando los sacos en la hoguera interior.

Y por último, la caza del insecto empleando manadas de pollos o pavos. En este caso se deberá tener la precaución de colocar en los viñedos algunas vasijas con agua donde aquellos puedan beber, porque esta alimentación es sumamente excitante.

El Consejo de Agricultura acordó también significar a los Alcaldes, que todos y cada uno de sus individuos, se hallan dispuestos a cooperar para la destrucción de la plaga que invade nuestros viñedos, contestando a todas las consultas que se les dirijan.

Murcia 29 de Mayo de 1885.- El Gobernador interino Presidente, Arturo Antón.- P.A. del C., El Ingeniero Agrónomo Secretario, Vicente Sanjuán. «

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