Un comerciante y dos bodegas en la Bullas del siglo XVII

Las fuentes documentales y los restos arqueológicos que nos han llegado apuntan a que en la reocupación de Bullas, así cómo la puesta en cultivo de sus tierras, entrado el siglo XVI, jugó un papel importante la necesidad de aumentar la producción de vino de la comarca ante la incesante demanda de caldos que llegaba desde los mercados de Lorca, Murcia y otras poblaciones.

Cuando la población quedó consolidada en el siglo XVII, y antes de su independencia de Cehegín, el historiador Martin de Ambel en 1660 llama la atención sobre el impulso vitivinícola de la localidad:
“…en el sitio donde fue la antigua villa de Bullas y en su contorno hay muchos lagares, a quien en esta tierra llaman bodegas, donde se recogen y conducen más de 20.000 arrobas de excelente vino, que se recoge de una dilatada cantidad de peonadas de viña, con mucha semejanza en la grandeza de los racimos a aquellos que los exploradores trajeron a su caudillo y capitán del Pueblo de Dios, de la tierra de Promisión…”.

Volviendo al siglo XVI, conocemos la figura del activo comerciante de vinos Alonso Fernández Peñalver, quien en el año 1568 funda en Bullas la Ermita de San Antón, tal y cómo recoge en su estudio «Los patronos de la ermita de San Antón en el siglo XVII» (2012), Victor J. López Corbalán, pág. 62, de la Revista de Fiestas de Bullas 2.012. Este personaje de la época, perteneciente a la familia de los Fajardo, fue alcalde ordinario de Cehegín en los años 1579 y 1592 y por los inventarios de bienes de sus descendientes conocemos de sus posesiones vitícolas en Bullas.

Años más tarde, en el siglo XVII, otro familiar de los Fajardo, en concreto Antón Fernández Capel, regidor perpetuo de Cehegín de 1590  1634, recoge en su testamento de 1626 (AHPM, protocolo 7.796, fols. 5v-9, citado por Victor J. López Corbalán, obra cit. pág. 63), lega a su hijo Cristóbal Fernández Capel sus posesiones en Bullas entre las que se incluía una tanda de agua de la Fuente de Bullas, unca casa con cinco cuerpos con bodega con capacidad para 600 arrobas, y varias fincas rústucas de secano y regadío en el propio cortijo de Bullas y en la Cañada de los Olmos.

La importancia de las posesiones que llegó a alcanzar la familia Fajardo en Bullas en el siglo XVII la podemos comprobar con la lectura del inventario de bienes del mayorazgo constituido a la muerte de Alonso Fajardo y Molina en 1668 en favor de su hijo Jorge Fajardo Salido y Molina. En Bullas eran dueños de 9 hilas de las 18 que constituían la tanda de la balsa de Bullas, de 461 fanegas de regadío, 201 fanegas de secano y 170 peonadas de viña; situadas en los pagos de Retamal, Cañada de los Olmos, Cañada de los García, Fuente la Higuera, Marimingo, Lobregares, la Copa de Arriba, la Murta de Abajo, Loma de los Cantos, Reclín y en el Llano de la Fuente de Bullas. Contaban igualmente con casas principales en Bullas, de 50 cuerpos, corrales, caballerías, parador y bodega con capacidad para 2.000 arrobas de vino y tres casas más alquiladas. (AHPM, protocolo 8.097, fols. 27-29v, Testamento de Don Alonso Fajardo y Molina, regidor y ARChG, Caja 2.167, Pieza 1, citados por por Victor J. López Corbalán, obra cit. pág. 65).

 

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