Los peligros de recoger la uva

El Diario Línea, en su edición de 18/12/1963, se hacía eco del proceso judicial al que se había visto sometido un viticultor de Bullas, llamado Tomás, por haber recogido las uvas de de una finca de la que había sido desalojado por orden del juzgado sin que él lo supiera.

El Fiscal había pedido contra él una pena de de arresto por un total de 4 meses y multa de dos mil pesetas como autor de un delito de desobediencia y otro de hurto.En el año 1946 Tomás había adquirido una finca sita en La Copa (Bullas), paraje de la Copa de Arriba, que desde esa fecha vino cultivando en su calidad de dueño de la misma. Sin embargo, por auto del Juzgado de Primera Instancia de Caravaca, instado por otro vecino llamado Jesús frente a Tomás, se había ordenado otorgar la posesión de dicha finca a Jesús el día 6 de marzo de 1961 y requerimiento a Tomás para que se abstuviera de perturbar dicha posesión. Pero tanto el auto como el requerimiento nunca fueron notificados Tomás, sino a un jornalero de éste en su lugar.

Posteriormente, Tomás siguió cultivando la finca como venía realizando desde hacía años en calidad de propietario de la misma y en su creencia de que todo se debía a una confusión de linderos derivada de deficiencias de los títulos de propiedad. Por eso, tras el verano de 1961 recogió la cosecha de uva valorada en más de 800 pesetas, si bien entregó su importe después a Jesús, quien renunció por ello a toda indemnización.

Pese a ello Tomás fue procesado, y cómo se ha indicado en el juicio oral el Ministerio Fiscal ejercitó acciones contra el mismo por los supuestos delitos anteriormente referidos. En su defensa, el abogado de Tomás había expuesto la confusión en la que se encontraba su cliente cuando sucedieron los hechos motivo por el cual solicitó la absolución del viticultor.

En su Sentencia la Audiencia Provincial, a través del ponente de la misma el magistrado Mariano Sánchez-Olmo Espinosa, entendió que no existía comisión de delito alguno toda vez que Tomás había obrado en todo momento en la creencia de que ejercitaba un derecho  y sin ánimo, por tanto, de menospreciar la autoridad del Juzgado, así cómo del ánimo malicioso de enriquecerse con los frutos del presunto hurto.

 

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