Los vínculos de viñas del presbítero Alonso Martínez-Gil
Asentada desde la Edad Media en el noroeste murciano, aunque especialmente en Cehegín, la familia Martínez-Gil ha venido participando en la historia de la vid y el vino en la comarca a lo largo de los años. No debemos olvidar que una de sus ramas se asentaría en Bullas a mediados del siglo XVIII y de ella surgirían los bodegueros Juan Agustín Martínez González, Juan Martínez Carreño o los hermanos Martínez Puerta, siendo igualmente el germen de la Cooperativa Vinícola de San Isidro en Bullas.
Al presbítero Alonso Martínez-Gil, pero también a la probanza de Hidalguía de Fernando Martínez Gil en 1617 que obra a la Real Chancillería de Granada (ARChG 4603-029), debemos el estudio genealógico de la familia desde el año 1495. En su «Genealogía de los apellidos Gil Martínez y López García» del año 1757, obrante al Archivo Municipal de Cehegín, el presbítero señala los vínculos de viñas que ha heredado de sus antepasados, lo cual nos sirve para destacar la relación de esta familia con la viticultura en la comarca desde la edad media, así cómo la importancia de la viña en la localidad en esa época.
Un «Vínculo» según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española viene a ser una sujeción con valor jurídico de una serie de bienes, con prohibición de enajenarlos, a que sucedan en ellos los parientes por el orden que señala el fundador.
Alonso Martínez-Gil señala la creación de diversos vínculos de bienes fundados por miembros de esta familia. Especial atención merecen los de viñas recibidos por el autor. En primer lugar, el vínculo fundado a mediados del siglo XVI por Catañina Sánchez, esposa de Francisco Martínez-Gil, correspondiente a una viñas del campo que se encontraba a espaldas del convento en Cehegín.
Al hijo de Francisco, Salvador Martínez-Gil, casado en 1572 con Teresa de Paco Ciller, debemos el vínculo fundado por Teresa de seis peonadas de viñas del camino de Caravaca sobre la acequia del camino de Canara.
Pero también el mismo Alonso Martínez-Gil fundó vínculo ante el Escribano José Patricio Ferrer en el año 1725 con sus viñas y tierras, casas, corrales, carrascas, oliveras y otros árboles en camino de Caravaca, así cómo con otras tierras de secano del Barranco del Saltador y las de riego, con el corral, carrascas del secano y oliveras.
En la obra «Viejos linajes del Noroeste de Murcia» (2011) de Juan de la Barreda y Acedo-Rico se recoge la historia genealógica de la familia Martínez-Gil en la comarca, págs. 233 a 246, así cómo una copia de la «Genealogía de los apellidos Gil Martínez y López García» del presbítero Alonso Martínez-Gil a la que hemos hecho referencia, págs. 709 a 769.