Deconstruyendo el mito de la reconquista -y IV-

Tras el repaso histórico del período y la evolución en la explotación de la tierra, cerraremos esta aproximación al medioevo vitícola de nuestra comarca analizando los conceptos de propiedad y derechos sobre la tierra y el agua presentes en la época, así cómo las estructuras que sustentaban la economía campesina de subsistencia que caracteriza a esta fase histórica.

El noroeste es una comarca sin base agrícola como cualquier otra periferia pero no nos encontramos ante una economía aislada pues existen las redes comerciales que aseguran un sistema de cambios absolutamente indispensable. El noroeste cambia su cosecha natural para procurarse cereales.

Sobre esta base se construye el sistema feudal sui generis construido sobre el estatuto de la tierra y del agua, de un lado, y sobre las estructuras políticas locales, de otro.

No existe el concepto de propiedad privada actual, sólo hay derechos particulares de una entidad o de una persona. El estatuto de la tierra y el del agua se caracterizaba, en efecto, por una superposición de derechos (del rey, del señor o comendador, del municipio, de diversos grupos, de particulares) de extensión y articulación diversas que suele resumirse abusivamente por la dualidad dominio directo-dominio útil.

Las tierras susceptibles de apropiación privada se contraen en esta época y circunstancias como los ataques exteriores, expoliaciones consecutivas, etc. limitan el mantenimiento de los derechos insuficientemente consolidados.

El principal medio de consolidación de derechos sobre la tierra es precisamente la extensión de la propiedad feudal por medio del censo, la amortización y muy pronto los mayorazgos. Mientras tanto, la propiedad privada, aún limitada al dominio útil, es reducida y además parcial.

Frente a ello sí que hay un sistema de usos colectivos en los dominios claves: el hidráulico y la economía silvo-pastoril. Es la autoridad política local, municipios y excepcionalmente señores, quien reglamenta los derechos de uso de los regantes (donde propiedad de la tierra conlleva propiedad del agua, como en el eje del Segura -Calasparra,  Cieza, Ricote) o de los dueños del agua (los derechos hidráulicos son diferentes de los de la tierra, fuera del eje del Segura -Mula, Cehegín, Caravaca). En el primer caso los heredamientos son los municipios; el segundo señores y cabildos pierden en poder de decisión frente a los que detentan los derechos, por ser ellos los propietarios del agua.

Los concejos del noroeste sacan su fuerza política de su rol regulador obligatorio de la vida local, especialmente por su responsabilidad en el abastecimiento local de economía en penuria, control del artesanado, definición de la política hidráulica, reglamentación agraria, alcanzando así un poder particular. Poco a poco los concejos acaban siendo controlados por un grupo restringido de familias asumiendo  los cargos de alcaldes, regidores y jurados. Para el ejercicio de sus tareas particulares, el Ayuntamiento designaba algunos oficiales anuales como el alcalde de la huerta, o comisarios nombrados ad hoc. También era ayudado por el alguacil, el escribano y los porteros.

Los ayuntamientos se financiaban  con rentas de los bienes de propios (propiedades municipales, talleres artesanales, casas, puestos del mercado, dehesas… alquiladas o acensadas) y por arbitrios o impuestos municipales sobre el ganado trashumante, la entrada de productos alimenticios (sisas), las transacciones mercantiles y el control de pesos y medidas (almotacenia).

Sobre esta autoridad local aparecía la figura del señor interviniendo en la designación de cargos, municipales, interviniendo en la política hidráulica, en el presupuesto municipal. Las comunidades mudéjares y juderías tienen su organización semiautónoma frente a señores y concejos.

Los señores eclesiásticos y comendadores viven del diezmo, mientras que los señores de la alcabalas y tercias reales. No obstante el peso de las cargas es más bien liviano en el noroeste (encomiendas y señoríos como el de Mula) por su fuerte población cristiana.

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